Una bici no se ama, se lubrifica, se modifica. Una bici se declama como una poesía para salir volando.
Paolo Conte
El silencio como forma de la velocidad
No sería tan difícil de aceptar la proposición que nos hace la música al invitarnos a transcurrir en ella si nosotros, mientras tanto, no nos dispusiéramos a recibirla en nuestro propio transcurrir. Pero es justamente la salida imposible de esa cita doble la que hace posible la experiencia musical.
La velocidad como forma del silencio
Me gusta mucho andar en bici, sobre todo de noche, en la ciudad vaciada. La velocidad de la bici se ubica entre la pesadez del paso y la frivolidad del motor. Y sucede, creo, en esa velocidad, un acuerdo silencioso entre todas las cosas. Impresiones fugaces en un montaje personal que se ajusta a cada instante. Hay una fluidez china en un paseo en bicicleta, una templanza griega. Andando sin andar, en equilibrio, en el transcurso de la ciudad. Silencioso riesgo.
Pedaleante movilidad
En espacios vacantes pasan autos, evitamos su contacto. Y cada tanto nos cruzamos con otro ciclista que garantiza la continuación de esa velocidad. El horror: nosotros somos la garantía del otro ciclista.