jueves, 31 de diciembre de 2009

TODO SE DISOLVERÁ

Como último post del año dejo el video y la letra bilingüe de una canción de Manlio Sgalambro y Franco Battiato que alude a la impermanencia: La porta dello spavento supremo. Buen año.








-->
La porta dello spavento supremo

Quello che c'è ciò che verrà
ciò che siamo stati
e comunque andrà
tutto
si dissolverà

Nell'apparenza e nel reale
nel regno fisico
o in quello astrale
tutto
si dissolverà

Sulle scogliere fissavo il mare
che biancheggiava nelll'oscurità
tutto
si dissolverà

Bisognerà per forza
attraversare alla fine
la porta dello spavento supremo.



-->
La puerta del aspaviento supremo

Lo que hay, lo que vendrá,
lo que hemos sido
y de cualquier modo se irá,
todo
se disolverá.

En la apariencia y en lo real,
en el reino físico
o en el astral
todo
se disolverá.

Sobre las escolleras miraba fijamente el mar
que blanqueaba en la oscuridad,
todo
se disolverá.

Hará falta, por necesidad,
atravesar al final
la puerta del aspaviento supremo.

martes, 29 de diciembre de 2009

EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL ZEN (2)






( VII ) La vida cotidiana en los monasterios estaba programada y definida con gran detalle, y se requería de los monejes que observaran estrictamente las normas. La razón de establecer tan concienzuda disciplina estaba en el mismo carácter del Zen, que por naturaleza tiende a volverse latitudinario o antinómico, es decir, a saltarse sus propias reglas. En determinado momento, esta tendencia del Zen comenzó a ser vista como algo indeseable y peligroso. Los practicantes Zen de la dinastía T'ang eran a menudo criticados por no leer los sutras, no rendir culto en el altar del templo, no observar estrictamente los preceptos (2), etc. Hubo un maestro que quemó una estatua del Buda para calentarse en una noche fría de invierno; otro, viéndose en la necesidad de alimentarse, mató un pez y se lo comió; hubo incluso un maestro que comenzó a beber licor, y del que se dice que nunca más se le pudo volver a ver sobrio. Casos como estos no eran en absoluto poco frecuentes. A esto hay además que añadir que de la doctrina Zen del Vacío (sunyata) se desprende una tendencia a justificar las faltas, los defectos y las excentricidades, pues el Vacío es algo que trasciende las contradicciones mundanas y las convenciones morales. No obstante, vistos desde la superficie y el punto de vista externo, todos estos actos resultaban inexcusables. Así, de cara a sus discípulos, los maestros se hubieron de mostrar muy en contra de estas salidas de tono, advirtiéndoles encarecidamente que no se desviaran de las ideas imperantes de decoro y decencia por las que se regía el resto de la sociedad. Los maestros comenzaron a imponer a sus pupilos una férrea disciplina y de este modo, durante la dinastía Sung, la conducta de los monjes Zen volvió a ganarse los más cálidos elogios por parte incluso de los más severos mandatarios confucionistas que rendían visita a sus monasterios.






( VIII ) En China, la filosofía que goza de mayor popularidad es sin duda el confucianismo, un producto directo de la psicología china que encaja perfectamente con el carácter y sensibilidad de los chinos, así como con su modo de pensar y vivir. El taoísmo, representado por Lao-tse y Chuang-tzu (3), surge igualmente de la mentalidad china, pero yo me inclino a pensar que sus cualidades atraen solamente a una minoría especial (quizá, a unos pocos pensadores agudos con cierta predisposición a salirse de la norma establecida). La inmensa mayoría del pueblo chino se decanta por Confucio y sus enseñanzas; así, estiman con gran valor la dignidad, la moderación, el comportamiento noble y la sobriedad, y son dados a ensalzar "los ritos solemnes y la música culta" (4). En marcado contraste, el pensamiento taoísta corre siempre el riesgo de, en caso de ser mal interpretado, devenir en libertinaje. Tal y como podemos ver, especialmente en los escritos de Chuang-tzu, los taoístas son implacables y feroces críticos de su época, y muestran siempre tendencia a ser espíritus iconoclastas y librepensadores. La independencia, la audacia y la libertad absoluta de pensamiento son las refrescantes señas de identidad del taoísmo. En contraste, los confucianos son defensores de la moralidad convencional, así como del temperamento comedido, el orden y el decoro; en ellos no hay mucho de revolucionario.
Por su parte y frente a esto, hay que decir que los monjes Zen tienen ciertamente más de pensadores independientes que de fariseos, y muestran mayor inclinación a comportarse con libertad y audacia que a guardar las apariencias. Fue gracias a esa independencia característica del Zen que el pensamiento chino logró mantener en plena vigencia su exuberante vitalidad (5). Así, en estrecha y directa relación con el taoísmo, aquello que podemos llamar la "dialéctica del Zen" da un paso más lejos y resulta aún más concisa y clara; va directa al grano, sin rodeos, no deja tiempo para vacilaciones o evasivas. El maestro Zen levanta su bastón y pregunta: "Yo a esto no lo llamo bastón. Tú, ¿cómo lo llamas? ¡Habla, habla!". Nadie es capaz de dar una respuesta, así que el maestro se baja del púlpito y se marcha de la sala, con su bastón. El Zen es algo que salta a tu encuentro sin avisar, cuando menos te lo esperas, como una emboscada en la que uno se viese atacado por sorpresa; te obliga a estar siempre en guardia. Así, el Zen puede resultar turbador, y es por ello que los grandes filósofos de la dinastía Sung lo comparaban a veces con "música tentadora y una mujer coqueta". Por lo que se ve, había algo en el Zen que parecía ejercer sobre ellos una cautivadora e irresistible fascinación.






( IX ) El Zen hace gala de una gran indiferencia y desdén respecto a las convenciones, los rituales, las instituciones y todo aquello que imponga obligaciones o restricciones. El zen se identifica con la libertad absoluta. Esto quiere decir que el Zen surge desde las más profundas fuentes del ser, allí donde las posibilidades son infinitas. El Zen hunde sus manos en este depósito inagotable y da rienda suelta al ejercicio de su creatividad. A partir de la dinastía T'ang y durante la Sung, el Zen ejerció una rica influencia sobre el arte y el pensamiento chino, desarrollándose un estilo pictórico que se negaba a ajustarse y ceñirse a la tradición clásica, un estilo que podría ser calificado como "pintura Zen". Uno de los privilegios del Zen es su capacidad de no caer en caminos trillados y rutinarios. Esto no quiere decir que pretenda desafiar gratuitamente a la autoridad, o negar aquello que sea razonable. El Zen se alza contra el autoritarismo cuando este atropella de forma innecesaria e injustificada las particularidades individuales. No obstante, no debe verse el zen como algo que predique en modo alguno la rebeldía o la insurrección; de hecho, el Zen se somete sin problemas a la autoridad y el régimen establecido, siempre que este dé muestras de proceder con sabiduría. En todo esto, el Zen se halla muy cercano al arte; ambos son campos de actividad humana que comparten grandes semejanzas. En el arte, la creatividad y la originalidad se ejercen y afirman con libertad absoluta; esto se ve ilustrado en obras como las producidas por Ma-yüan, Liang-kai, Mu-chi, y otros pintores de la dinastía Sung.





( X ) Como mencioné antes, el Zen hizo que "Dios, que está en el Cielo" bajase aquí a la tierra; transportó también la Tierra Pura -"el Paraíso, que está a millones de leguas de distancia en dirección al Oeste"- y la trajo hasta este mundo nuestro (sahaloka) lleno de imperfección y padecimientos. Así, Dios dejó de ser una cosa exterior, algo que está fuera de nosotros y, por tanto, su reino empezó a verse como algo cercano, como nuestro propio reino; descubrimos que los habitantes del Cielo somos nosotros mismos. Lo mismo puede decirse de la Tierra pura. No es necesario viajar millones de leguas para alcanzarla, ni tampoco esperar a después de la muerte; la Tierra Pura está aquí mismo con nosotros, siempre hemos estado en ella (6). Esta idea Zen revoluciona nuestra concepción del mundo, nuesta welt-anschauung o cosmovisión. La naturaleza ya no es algo que conquistar y controlar bajo nuestro yugo; la naturaleza es amiga nuestra, y cada uno de los elementos que la componen -incluyendo tanto a los seres sensibles como a los no-sensibles-, son nuestros parientes cercanos a los que venerar, admirar y resetar. La función de Kuan-yin (7) (conocida como la "Diosa de la Compasión") no es brillar en el altar de algún templo o lugar sagrado, como tampoco la de Wen-chu (8), Bodisatva de la Sabiduría, es mantenerse aislado en el encierro en la cima del monte Wutai. El Zen propició que tanto Kuan-yin como Wen-chu fueran llevados a aparecer en los bosques, en los campos, en los mercados, en todos los lugares donde a los seres humanos se nos pudiera encontrar. Kuan-yin fue retratada como una joven pescadora con la cesta llena de peces, mientras que Wen-chu vino a este mundo con un mono al hombro, o caminando junto a una grulla; de este modo, la naturaleza, los seres humanos y los Bodisatvas se transformaron todos en ciudadanos de una misma gran comunidad y vivieron juntos en perfecta interacción democrática. Del Zen puede afirmarse que se yergue sobre el fundamento básico de la libertad y la igualdad.





(2) Se considera que los budistas han de observar cinco preceptos: (I) no causar la muerte ni dañar a ningún ser vivo; (2) no tomar aquello que no haya sido explícitamente entregado; (3) no llevar a cabo actos sexuales ilícitos o nocivos; (4) no hablar de modo falso ni improcedente; (5) no consumir alcohol u otras sustancias intoxicantes. Tradicionalmente, en el caso de la vida en los monasterios se suman a estos otros cinco preceptos más, especiales para monjes y monjas: (6) no comer demasiado, procurar hacer una sola comida sólida al día, al mediodía; (7) abstenerse de asistir o participar en espectáculos de entretenimiento y distracción (danza, tertulias, teatro, etc.); (8) renunciar al uso de adornos, joyas, perfumes y otros suplementos innecesarios; (9) no dormir en un lecho blando y procurar siempre descansar a ras del suelo; (19) evitar el menor contacto con el dinero o cualquier otro objeto de valor o intercambio monetario.

(3) Por taoísmo, Suzuki hace quí referencia al tao-chia o "taoísmo filosófico", cuyos principales exponentes son Lao-tse (siglo IV a. C.) y Chuang-tzu (aprox. 369-283 a. C.), y que constituye una de las dos principales corrientes del pensamiento clásico chino (siendo la otra el confucianismo). Quizá sea el momento de señalar que, siempre que se habla del taoísmo en relación al Zen, se está haciendo referencia a la filosofía taoísta (tao-chia), y no así al "taoísmo religioso" (tao-chiao, también llamado "taoísmo hsien"), corriente esotérica surgida posteriormente y cuyos planteamientos difieren en casi todo de los de Lao-tse y Chuang-tzu. En palabras de Fung Yu-lan: "Existe una clarísima diferencia entre el taoísmo como filosofía (tao-chia) y el taoísmo como religión (tao-chiao). Sus doctrinas no son sólo distintas, sino totalmente opuestas. El taoísmo filosófico eseña la doctrina de fluir siguiendo el curso de la naturaleza, mientras que el taoísmo religioso (con sus principios y técnicas) se dedica a trabajar en contra de la naturaleza". Thomas Merton lo expone con aún más claridad: "Sería un gran error confundir el taoismo de Chuang-tzu (Y Lao-tse) con la posterior degeneración popular del término, con ese otro 'taoísmo' que no es sino una amalgama de superstición, alquimia, magia y supuestos métodos de salud".

(4) Según el confucianismo, la función de los "ritos solemnes" o "ceremoniales" (li) es la de alimentar el sentimiento de moralidad en las personas: "la satisfacción de nuestros deseos ha de regularse mediante el establecimiento de ciertos límites, y esa es la función de la observancia estricta de los ritos". En cuanto a la "música culta" (yüeh): "Se dice que los sabios soberanos de la antigüedad ordenaron la música para que esta fuese alegre y no degenerada, y así afianzar la bondad en el corazón de los hombres y no dar pie a malas intenciones o sentimientos". la "música culta" se considera, pues, en el confucianismo, como otra valiosa herramienta para la educación moral (las citas son de Hsün-tzu, citado por Fung Yu-lan).


(5) En su Zen and Japanese Culture, D.T. Suzuki explica: "Cuando el budismo llegó a China, en el primer siglo de nuestra era, halló un verdadero amigo y aliado en el pensamiento de Lao-tse y Chuang-tzu". También añade que, al cabo de los siglos, "el Zen absorbió la mator parte de la doctrina filosófica taoísta, y pasó a expresarla dentro de los términos manejados por el sistema teórico budista". Por eso mismo, Thomas Merton afirma que "los auténticos herederos del pensamiento práctico, el espíritu iconoclasta, y el sentido del humor de Chuang-tzu son los budistas Zen chinos de la dinastía T'ang". 


(6) La Tierra Pura del Oete (Sukhavati), también llamada Paraíso Occidental, es un elemento clave en la cosmología budista. Se cuenta que, al principio de los tiempos, el Buda Amida (cuyo nombre significa "Luz Infinita") se comprometió a no alcanzar el Despertar hasta que no se hubiesen salvado todos los seres. Hubieron de pasar incontables eones para que Amida lograse acumular el mérito necesario para llevar a cabo tan inconmensurable proeza pero, al final, lo consiguió. Así, y gracias al voto que había formulado, en el mismo momento en que Amida se convirtió en Buda, se creó una Tierra Pura o Paraíso con las siguientes características: (I) en este lugar, lleno de pureza natural y libre de cargas kármicas, todas las personas tienen garantizado alcanzar el Despertar supremo; (2) para acceder a este lugar sólo hace falta desearlo de verdad y con todo el corazón, dejando que este se llene de agradecimiento y de confianza en la acción de la "Vida Que Todo Lo Abarca" (que es el otro nombre del Buda Amida). La lectura que el budismo tradicional hacía de esto es que uno sólo podía renacer en la Tierra Pura después de muerto; al fallecer, el budista devoto iba a parar a este paraíso donde alcanzaba por fin el Despertar. Esta corriente dio origen en China a la escuela budista Ching-t'u ("Tierra Pura"), también llamada "Escuela del Loto". En contraste, la visión del Zen es que el Despertar se alcanza en esta vida, y que la Tierra Pura de Amida está aquí mismo para todos aquellos que tengan ojos para verla, o como expresaría un día un célebre maestro Zen:

Esta misma tierra es
el jardín del loto de la pureza.
Este mismo cuerpo es
el cuerpo del Buda.


Dicha interpretación Zen tuvo un gran efecto sobre el pensamiento "Tierra Pura" y así fue recogido por el budismo japonés, esto culminaría con la aparición (en el siglo XIII) de una nueva corriente liderada por el maestro nipón Shinran, que con el tiempo daría nacimiento a la primera y principal escuela budista del Japón, la Jodo-Shinshû, conocida en Occidente bajo el nombre de budismo Shin. Esta corriente incorpora la mencionada visión Zen y la amplía, llevándola aún más allá, motivo quizá por el que D. T. Suzuki describe al Shin como "el punto más alto y la culminación del pensamiento Mahayana". 


(7) Avalokitesvara, el Bodisatva que personifica el Amor y la Compasión, se transformó en China en la Bodisatva (femenina) Kuan-yin (jap: Kannon Bosatsu), a la que a veces se llama "Diosa de la Misericordia". Su nombre completo es Kuan-shi-yin (jap. Kwanzeon), que significa "Aquella que todo lo ve" o "que atiende a todos los ruegos". Hay que señalar aquí que, con independencia de apelativos populares, un Bodisatva no es un "dios" ni una deidad sino una representación simbólica de un determinado principio budista, en este caso, karuna. Cabe también resaltar que la figura de Kuan-yin juega un papel central en todas las tradiciones budistas orientales y que es, quizá, la clave que abre las puertas a una genuina comprensión del Mahayana. 

(8)Wen-chu (jap: Monju) es el nombre chino del Bodisatva Manjusri, una personificación de la Sabiduría Intuitiva (prajna). Tradicionalmente, se le representa con aura majestuosa y entre dos flores de loto, montado sobre un león y sosteniendo una espada y un libro de sutras. Su principal lugar de devoción está en el monte Wutai (2.984 m, situado al este de China, cerca de Pekín), donde gran número de devotos solían acudir tradicionalmente en peregrinación.


Extraído de Zen (1958), como aparece en SUZUKI, D. T.,
¿Qué es el Zen?, Ed. Losada, 2006


Imágenes de la serie
Cold Mountain -Zen study (1991) del pintor norteamericano Brice Marden.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

EL DESARROLLO HISTÓRICO DEL ZEN (1)





El Zen floreció en China a lo largo de las dinastías T'ang (616-905), Sung (960-1278) y Yüan (1206-1314) y comenzó a declinar en la dinastía Ming (1368-1628). Los hechos y logros del Zen durante este largo período de tiempo pueden resumirse así:

( I ) Los seguidores del Zen adaptaron el budismo al carácter y pensamiento chinos, lo que significa que este dejó de conisderarse como un fenómeno importado desde otra cultura. En vez de recurrir a los arduos conceptos abstractos tan característicos del pensamiento indio, el Zen comenzó a dirigirse a la gente de un modo directo, en su propio lenguaje. Es en la literatura Zen donde mejor se han preservado los dialectos y giros idiomáticos de la dinastía T'ang. Hasta la llegada del sexto Patriarca, el budismo chino aún retenía un gran número de términos filosóficos indios que, para una inmensa mayoría, no resultaban en absoluto fáciles de comprender ni de llevar a la práctica en la vida cotidiana.





( II ) El Zen llevó a la abstracción a poner los pies en la tierra. El Buda no era visto ya solamente como un individuo iluminado y en posesión de todos los rasgos de la más alta excelencia; ahora, el Buda era también una simple hoja de hierba hecha jirones por el viento; el Buda era aquel viejo "puente de piedra" que hay sobre el arroyo de montaña frente al monasterio de Chao-chou (puente que es pisoteado sin contemplaciones por todos los que lo cruzan, caballos y burros incluidos) (1).





( III ) Empezaron a producirse demostraciones de enseñanzas Zen allá donde hubiese monjes, ya estuviesen estos leyendo sutras o visitando a una familia en duelo o recogiendo hojas secas en el jardín. El laico Pang Chü-shin, célebre hombre-Zen de la dinastía T'ang, solía cantar:

¡Qué maravilla, qué milagro!
¡Saco agua, acarreo leña!

En cierta ocasión, un maestro Zen iba caminando con su discípulo por un páramo desierto. El discípulo preguntó: "¿Podría uno encontrar el Buddha-dharma en este paraje desolado?". El maestro contestó: "¡Qué grande esa roca! ¡Y qué pequeña aquella piedra!".
La hija del laico Pang mostraba, al igual que su padre, grandes dotes para el Zen. Una tarde, mientras ella se encontraba recogiendo hierbas medicinales, apareció el maestro Tan-hsia, un buen amigo de la familia, quien le preguntó: "¿Dónde está tu padre?". La joven dejó en el suelo la cesta que llevaba y se quedó inmóvil, de pie, con las manos cruzadas sobre el pecho. Tan-hsia, haciendo como si no la hubiera visto, repitió la pregunta: "¿Dónde está tu padre?". Ella volvió a coger la cesta y se alejó de allí caminando.





( IV ) PAi-chang (fallecido en 814) fundó en China un nuevo tipo de monasterio budista, pues se había dado cuenta de que la vida Zen entraba en contradicción con el antiguo sistema tradicional. Así, la orden budista Zen se transformó en un organismo con capacidad para gobernarse a sí mismo con total autonomía. Los monasterios fueron divididos en varios departamentos, cada uno encargado de una tarea: llevar las cuentas, oficiar las ceremonias, preparar las comidas, abastecerse de provisiones, cultivar los huertos, etc. Cada departamento tenía su oficina, dirigida por un venerable monje veterano que era a su vez asistido por otros monjes más jóvenes. Si la comunidad entera se hallaba trabajando en el campo, el maestro salía a trabajar con ellos, como uno más. Mientras trabajaban juntos, maestro y discípulos, a menudo se producían demostraciones de la enseñanza Zen. La lectura de libros y el estudio de los textos clásicos no eran los únicos medios de adquirir el conocimiento-búdico; tampoco el sentarse en la postura de loto en la Sala de Meditación era la mejor manera de alcanzar el Despertar. El Zen se hallaba en el monje moviendo sus miembros y articulaciones, llevándose la comida a la boca, respondiendo a las imperiosas llamadas de la naturaleza, atendiendo con diligencia los encargos de sus superiores, etc. El Zen no estaba más allá de la vida cotidiana; se encontraba presente tanto en los grandes momentos como en los hechos más triviales y ordinarios. Los monjes no despreciaban ni la más ínfima de las tareas; nada se hallaba por debajo de ser cosiderado digno, pues el Zen, en sí, no es sino la vida misma.





( V ) Existía la costumbre entre los monjes Zen de todo el país de efectuar lo que podríamos denominar "peregrinaciones religiosas". En la medida en que el Zen se fue extendiendo por toda China, se construyeron numerosos monasterios en las regiones montañosas; los mayores albergaban a comunidades de más de mil monjes. En determinada época del año, los monjes peregrinaban de un monasterio a otro. La idea era encontrar al maestro que mejor pudiese conducirle a uno a experimentar el Despertar. Cada maestro poseía su propio método pedagógico que funcionaba mejor con unos y peor con otros. La personalidad y el carácter del maestro influyen con frecuencia en el desarrollo espiritual de sus discípulos; esto es psicológicamente inevitable. Los mismos maestros se daban cuenta de esto y a menudo animaban a sus pupilos a ir a estudiar a otro lugar, encaminándoles allí donde consideraban más adecuado según las características particulares de cada uno. La peregrinación, que tenía lugar a través de grandes áreas habitadas tanto por gente de campo como de ciudad, brindaba además a los monjes una oportunidad única para conocer a toda clase y categoría de personas. Esto debe de haber contribuido a la educación de estos monjes en gran variedad de sentidos. Así, equipados con una rica experiencia, no solo en el estudio del Zen sino tambien en los manejos y las relaciones humanas, los monjes completaban la formación de su carácter y se hacían merecedores, de un modo natural, del respeto y la confianza de la gente (aunque hay que decir que aquellos monjes no mostraban demasiado interés por los halagos y consideraciones sociales). En aquellas épocas, en pleno auge de las dinastías T'ang y Sung, cuando el Zen se hallaba en su mejor momento, los monasterios fueron el refugio de las personalidades de mayor grandeza moral e intelectual de la época.






( VI ) El florecimiento de lo que se conoce como neo-confucianismo durante la dinastía Sung debe mucho a la influencia del pensamiento Zen. Puede ser que el Zen en sí mismo no tenga mucho que ver con aquello que denominamos pensamiento, pero resulta natural e inevitable que algunos maestros Zen, especialmente aquellos con mayor inclinación filosófica, terminasen por dar nacimiento a una nueva corriente de pensamiento, fundamentada en las experiencias que habían ido acumulando durante largos años dedicados al estudio del Zen como vía hacia el Despertar. En parte, este fenómeno se vio propiciado por la asociación del Zen con la escuela filosófica Hua-yen (Avatamsaka en sánscrito, Kegon en japonés). La escuela Hua-yen marca el punto más alto en la sistematización del pensamiento budista en China durante las dinastías Sui y T'ang; fue encabezada por gigantes intelectuales de la talla de Tu-shun, Chih-yen y Fa-tsang. Incluso los confucianos, que por lo general desechaban toda corriente foránea de pensamiento como algo inadecuado para el modo de vida chino, no pudieron dejar de acudir a los monasterios Zen para estudiar lo que allí se estaba produciendo. La filosofía budista era enormemente seductora y ejerció una poderosa atracción sobre los confucianos, que finalmente no pudieron resistirse a entrar en contacto con ella, quedando así prendados y hondamente influenciados.





(1) El maestro Chao-chou (jap. Jöshû) impartía sus enseñanzas en un monasterio de montaña que era célebre por su puente natural de piedra, que hacía las veces de entrada. En cierta conferencia, D. T. Suzuki realizó el siguiente comentario al respecto: "Un día, un monje fue a visitar a Jöshû, y le dijo: 'Este monasterio es muy conocido por su puente de piedra, pero yo aquí sólo veo un viejo tablón, un trozo de madera podrida. Dime, maestro, ¿dónde está el puente de piedra?'. Jöshû contestó: '¿Así que no ves el puente de piedra? Los caballos pasan sobre él, hombres y mujeres, ricos y pobres, niños y viejos, humildes y nobles' (y así, hasta una relación de opuestos interminable), 'ingleses, tal vez japoneses, musulmanes, cristianos, lo espiritual y lo material, lo ideal y lo concreto, lo supremo y lo más bajo y vulgar, todo, sin excepción, pasa sobre él; incluso tú, monje, que dices no verlo, estás caminando sobre él todo el tiempo, y lo peor es que ni siquiera dices 'gracias'. ¿Dónde está el puente de piedra, preguntas? El puente de piedra yace, en silencio, aquí, bajo nuestros pies, desde el pasado sin principio hasta, seguramente, el futuro sin final'".


Extraído de Zen (1958), como aparece en SUZUKI, D. T.,
¿Qué es el Zen?, Ed. Losada, 2006


Imágenes de la serie Etchings to Rexroth (1986) del pintor norteamericano Brice Marden.


jueves, 17 de diciembre de 2009

CLASES DE YOGA

lunes, 14 de diciembre de 2009

CAI GUO-QIAN




Cai Guo-Qian nació en 1957 en una ciudad costera de la provincia de Fujian, en el sudeste de China. En la retrospectiva que el museo Guggenhein Bilbao organizó este año, se presenta al artista de la siguiente manera:

"Cai Guo-Qiang ha socavado las convenciones artísticas de nuestro tiempo, inspirándose, de forma libre, en la mitología antigua, la historia militar, la cosmología taoísta, los avistamientos extraterrestres, las tácticas revolucionarias maoístas, la filosofía budista, la tecnología relacionada con la pólvora, la medicina china y los modernos conflictos globales. El arte de Cai es una forma de energía social en constante transformación, que conecta lo que él denomina “el mundo de lo visible y el de lo invisible”. Esta retrospectiva aborda el espectro completo del arte, proteico y multimedia, de este creador en toda su complejidad conceptual.
Cai, nacido en la localidad china de Quanzou, provincia de Fujian, en 1957, estudió escenografía en el Instituto de Teatro de Shanghai. En los ochenta destacó como miembro del colectivo chino de artistas experimentales que floreció durante el período posterior a la Reforma. Tras trasladarse a Japón en 1986, Cai supo aprovechar el productivo filón del arte y del pensamiento crítico internacional del siglo XX. Durante esta época, llegó a dominar el uso de la pólvora para crear sus característicos dibujos con pólvora y los consiguientes proyectos de explosión al aire libre que acompañaron a dichos dibujos.
Estas prácticas incorporan ciencia y arte en un proceso de destrucción creativa y reflejan la filosofía de Cai, para quien el conflicto y la transformación son condiciones interdependientes de la vida y, por lo tanto, del arte. Intuitivos a la vez que analíticos, sus dibujos con pólvora y los proyectos de explosión son intrépidos, conceptuales, efímeros e interactivos, se realizan en emplazamientos específicos y responden a una duración determinada; es decir, se trata de un arte escenificado con una nueva matriz de significado cultural."

Propongo acompañar la observación de las imágenes con ///.///, del disco Point and slashes (2005), del guitarrista japonés Tetuzi Akiyama y el percusionista electrónico alemán Günter Müller:










Black Rainbow. Explosion Project for Edinburgh (2005)






Inoportune. Stage one. (2004)




 
Red flag. (2005)








Drawing for Transient Rainbow (2003) -pólvora sobre papel-



Transient Rainbow (2002)
























Head on (2006)





Captured Wind Arrested Shadow (2006)




















Black fireworks (2008) -Hiroshima, 25 de octubre de 2008, 13hs-






















Ilusion II: explosion project (2006)





Reflection: A Gift from Iwaki (2004)




Auto-Destruct (2005)



viernes, 11 de diciembre de 2009

OSAMA BIN LADEN

Del libro Tres vidas secretas, de Reinaldo Laddaga (Rosario, 1963), el final de la biografía de Osama bin Laden, durante sus años de vuelta en Afganistán, a partir de 1996, cuando muda a su séquito a una vieja granja colectiva soviética cerca de las cavernas de Tora Bora que fueran, diez años atrás, la sede de su refugio Maasada (lit. "el Refugio del León").




Una madrugada, hacia el fin del verano, cuando algunas corrientes frías se desprenden de las montañas próximas y la oscuridad del cielo vira hacia una palidez pulsante, un insecto entra en el estudio de Osama y se posa en el marco de varillas que sostiene la pantalla violeta de la lámpara. Como sobre esta pantalla cuelgan hilos de cuentas que incluso el peso mínimo de este insecto hace mover, en las paredes se proyectan haces súbitos de líneas deslizantes. Cuado Osama trata de apresarlo, el insecto emite un silbido que silencia el rumor grave y constante que es el fondo sonoro de este sitio e inicia de nuevo su vuelo y choca contra los vidrios de las ventanas y se desploma sobre el escritorio y vuelve a volar y busca una salida. Cuando encuentra una ventana que ha quedado abierta, se pierde en la semioscuridad.
Bajo la influencia de esta aparición, Osama concibe un nuevo plan para interrumpir el avance de su pobreza: la granja se consagrará ahora a la cría de las abejas, que se hará a la manera afgana. Un día, un grupo de hombres instala una hilera de cilindros de arcilla, para que las abejas los usen como bases para sus colmenas. Otro día, traen los enjambres y los sueltan. Pronto será el momento de vaporizar las colmenas con sulfuro, de expulsar o matar de ese modo a los insectos y recoger la miel y la cera y venderla en Jalabad y volver con nuevos cargamentos de cordero, de dátiles, de té, y celebrar con las mujeres, en la atónita noche de la granja.

En los panales, llega el día del enjambramiento. Este es el día en que la colmena está rebosante de miel y la colonia entera, y primero que nada la reina, van a salir en busca de otro sitio para poner los huevos de la generación siguiente. Las abejas se han sacudido el sopor del invierno. Millones de abejas nuevas nacen todos los días. Los machos salen de sus vastas células. El atestamiento es tan grande que las que vuelven por la noche no encuentran dónde alojarse y permanecen en el umbral del panal, donde mueren de frío.
Hay una inquietud que recorre a todo el grupo. La reina siente que un destino se prepara, que una fuerza invencible la obliga a abandonar su reposo, que el espíritu de la colmena, que estaba callado, en la incertidumbre y la pobreza, se reactiva. Este espíritu, hasta ahora, ha regulado el número de los nacimientos, ajustándolos a las condiciones del entorno, y ahora, en su lengua incomprensible, le comunica a la reina que es el momento de seguir las leyes lujosas e imbéciles de la naturaleza, que dicen que debe haber migración y sacrificio y muerte.
Osama observa la colmena, pero es poco lo que entiende. La existencia que allí tiene lugar le parece simple y consagrada a las preocupaciones instintivas de la reproducción y la alimentación. Pero si su vigilancia fuera más atenta y más constante percibiría la complejidad verdadera de este espacio, vería que las formas que parecen arbitrarias, la intrincada arquitectura interior de la colmena, tiene como objeto protegerla de sus numerosos enemigos, como cierta especie de avispas que se introducen en el panal e intentan hacer pasar sus propios huevos como huevos de abeja (si lo consiguen, sus crías nacen y, mientras son todavía larvas, devoran a las larvas menores de la población nativa y acaban con los depósitos de polen). Y si pudiera penetrar el volumen, vería que una sustancia todavía fresca, olorosa, se organiza en columnas descendentes hechas de miles de células, sobre las cuales se ven las manchas rojas o malva del polen. En el dominio real, en la parte más caliente de la arquitectura, en medio de las mil cámaras repletas de huevos, están las princesas adolescentes, envueltas por una suerte de sudario y, en medio de ellas, la reina.
Una parte del enjambre comienza a ceder a esperanzas todavía sin forma. Es como si el espíritu hubiera hecho conocer ya su resolución, porque hay una inquietud desacostumbrada. El enjambre está enteramente vuelto sobre sí e ignora los ruidos que se producen en el exterior. La verdadera señal, sin embargo, todavía no fue dada. Por el momento, las abejas se mueven en círculos compactos en torno a la colmena, que vibra lentamente por el movimiento. La temperatura se eleva rápidamente, hasta el punto en que la cera de los edificios se ablanda y se deforma. La reina, que normalmente no deja nunca los sectores del centro, recorre como perdida la superficie de la colmena, rodeada por la multitud que gira en torno suyo. Es difícil decir si comunica alguna cosa y, si lo hace, si son órdenes o imploraciones.
Dentro de ella, de la reina, en la cavidad que protege la costra rígida que encierra sus partes internas, algo sucede. Dentro de ella: en la cavidad que contiene la hemolinfa, la sangre de los insectos. Que no es roja, claro está, como la nuestra, y que tampoco, como la nuestra, lleva el oxígeno, que en ella alcanza a las células y los músculos a través de canales diminutos que recorren su esqueleto. En la parte interior de su cuerpo, hay vastos espacios no obstruidos para los motores que mueven las piernas y las alas y para el combustible circulante, el combustible que se mueve lentamente dentro del cuerpo y que disipa los residuos y el calor.
Los ojos, los receptores químicos y los pelos de las abejas son sensibles al contacto y la presión. Ellos son los que dirigen al sistema nervioso para que cree cadenas de mensajes eléctricos que pasan a los músculos o a las glándulas, que se contraen o se expanden. Las abejas son capaces de expandirse y contraerse de una manera sorprendente. Mucho más que nosotros, que los hombres y mujeres, cuya capacidad de contracción y expansión es muy pequeña. Es que nosotros también, como las abejas, somos sistemas de tubos y bombas, pero nuestro sistema de circulación es cerrado. Nuestra sangre circula a través de arterias, de capilares y de venas. Nuestra sangre debe pasar por los pulmones para llenarse del oxígeno que lleva por todo el cuerpo. Pero no es esto lo que tienen las abejas, que son huecas, hechas de un esqueleto exterior que contiene su sangre, que ocupa un espacio cavernoso en el cual los órganos flotan como si fueran fragmenos de un naufragio.
Lo que no significa que esta sangre translúcida esté quieta. Al contrario, se mueve continuamente, gracias al sistema de bombas que las abejas poseen. Pero su movimiento es lento. Su movimiento sigue el de los anillos de músculos que se activan y se desactivan. El movimiento lleva la sangre a la cabeza, de manera que se bañen las partes que allí viven, y vuelve luego al cuerpo, al conducto digestivo, a las glándulas, y a veces entra en los apéndices, en las patas, las antenas o las alas, transportando alimentos a medias digeridos, hormonas, anticuerpos, parásitos, virus. Cuando esta sangre toca un órgano, este extrae de ella lo que necesita y deja caer sus residuos.
En el recinto extenso del interior de las abejas, los órganos no tienen posiciones fijas, sino que pueden moverse, según sus necesidades y las necesidades de los órganos vecinos. Cada uno de ellos decide qué parte necesita de los materiales que se encuentran en la sangre. Es que no hay ningún sistema de nervios que coordine la totalidad de los movimientos. Y, sin embargo, el sistema se integra cada vez que sus receptores detectan distorsiones en el cuerpo de la abeja, curvaduras sorpresivas de la cutícula o de los apéndices, o vibraciones transmitidas por el aire. Las pompas y válvulas, los tubos y conectores, los reservorios y los transductores se ensamblan, los fluidos se mezclan, los volúmenes se ajustan entre sí.
Y frente a Osama todo se ha paralizado. Las criaturas antes móviles aparecen como miniaturas de laca. Ahora, no hay delicia que pueda afectarlo e impulsar algún flujo de alegría de su corazón a su cerebro. Las divisiones del espacio se separan. En un instante, se cortarán todas las cuerdas.


domingo, 6 de diciembre de 2009

FRANCO BATTIATO (1979-1989)





Como hice otras veces, dejo traducciones del gran músico italiano Franco Battiato, penosamente poco conocido en nuestro país. En esta ocasión, y por primera vez en el blog, elegí temas de un período de su obra que va desde 1979 (la fecha corresponde a la aparición del álbum L'era del Cinghiale Bianco) hasta 1989 (con el álbum en vivo Giubbe rosse). Acompañando, entonces, cada video, dejo una traducción más o menos literal  y más o menos torpe de las letras.



NEW FRONTIERS


-->
La evolución social no sirve al pueblo
si no es precedida por una evolución de pensamiento.
The new frontiers of the nouvelle vague
- la evolución social no sirve al pueblo-.

Organiza tu mente en nuevas dimensiones,
libera tu cuerpo de atávicas opresiones.

The new frontiers of the nouvelle vague
- la evolución social no sirve al pueblo-.

Libera tu imaginación temporal,
mándala al poder en tu órgano sexual.

Hombres inocentes
con instintos un poco bestiales
buscan el amor en los parques
y en las calles.
Las paredes del cerebro
no tienen más ventanas.


(1982, L'arca di Noè)


EL REY DEL MUNDO


-->
Extraño como el estruendo de los aviones de caza hace tiempo,
entonara con el ritmo de las plantas al sol en los balcones…
y después silencio… y después, lejos,
el tono de los cañones, en frío…
y de las radios señales en código.
Un día en el cielo, fuegos de Bengala…
la Paz volvió
pero el Rey del Mundo
tiene prisionero nuestro Corazón.

En los vestidos blancos circulares...
ecos de las danzas sufís…
En los metros japoneses, hoy, máquinas de oxígeno.
Más se vuelve todo inútil
y más creés que sea verdadero
y el día del Final
no te servirá el inglés.
…Y en las bicicletas por casa,
la vida nos rozó
pero el Rey del Mundo
tiene prisionero nuestro corazón.

(1979, L'era del Cinghiale Bianco)



QUIERO VERTE DANZAR




-->
Quiero verte danzar
como las gitanas del desierto
con candelabros en la cabeza
o como los balineses en los días de fiesta.

Quiero verte danzar
como los Derviches tourners
que giran sobre las espinas dorsales
o al sonido de tobilleras de Katakali.

Y gira todo en torno a la habitación
mientras se danza.

Y Radio Tirana transmite
música balcánica, mientras
danzadores búlgaros
con pies desnudos sobres braceros ardientes.
En Irlanda del norte,
en los verbenas estivales
parejas de ancianos que bailan
al ritmo de siete octavas.

Gira todo en torno a la habitación
mientras se danza.

En los ritmos obsesivos, la clave de los ritos tribales,
reinos de chamanes
y músicos gitanos rebeldes.
En la baja Padana,
en verbenas estivales
parejas de ancianos che bailan
viejos valses vieneses.


(1982, L'arca di Noè)


CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE


-->
Una vieja bretona
con un sombrero y un paraguas de papel de arroz y caña de bambú.
Capitanes valientes,
vivos contrabandistas macedonios.
Jesuitas euclidianos
vestidos como los bonzos para entrar a la corte de los emperadores de la dinastía Ming.

Busco un centro de gravedad permanente
que no me haga cambiar nunca las ideas sobre las cosas, sobre la gente,
necesitaría un…
Over and over again.

Por las calles de Pequín eran días de mayo
entre nosotros se bromeaba al recoger ortigas.
No soporto los coros rusos,
la música falso rock, la new wave italiana, el free jazz punk inglés
ni la negra africana.

Busco un centro de gravedad permanente
que no me haga cambiar nunca las ideas sobre las cosas,
sobre la gente,
necesitaría un…

Over and over again
you are a woman in love baby come into my life
baby I need your love
I want your love
over and over again.

(1981, La voce del padrone)



LA ERA DEL JABALÍ BLANCO




-->
Llenos los albergues en Túnez
para las vacaciones de verano,
a veces un temporal
no nos dejaba salir,
un hombre de una cierta edad
me ofrecía seguido cigarrillos turcos,

pero espero que vuelva pronto
la Era del Jabalí Blanco.

Perfumes indescriptibles
en el aire de la tarde,
estudiantes de Damasco
vestidos todos igual,
la sombra de mi identidad
mientras me sentaba en el cine o bien en un bar,

pero espero que vuelva pronto
la Era del Jabalí Blanco.


(1979, L'era del Cinghiale Bianco)


LAS ÁGUILAS


-->

El viento volaba mis ropas


verdaderamente estables eran mis zapatos negros


en los tobillos ortopédicos.


Un tiempo pasaba horas en la palestra,


continué siguiéndola por inercia.


La vi estallarse entre árboles y cielo


y después de un pequeño vuelo


caminar manca y rápida,


habrán también ustedes visto


caminar a las águilas.

(1980, Patriots)