viernes, 23 de diciembre de 2011

VACACIONES





Después de tres años continuados, este blog se toma vacaciones. Una pausa que pide, a quien vive la puesta en acto de la entrada sin puerta como una dedicada remoción cotidiana, que se demore en lo más ocioso de la vacancia, ni siquiera de la vacación. Que se tome vacaciones de las vacaciones, si eso fuera posible.
Pero para hablar de las vacaciones, nadie mejor que François Jullien, según sus palabras en Nutrir la vida (más allá de la felicidad) que copio a continuación.
¡Feliz año y hasta pronto!

Al invitarnos a llegar a ese fondo de procesividad, intrínsecamente reactiva, que designa como el fondo de lo real, Zhuangzi extrae por fin el pensamiento del "recargarse" y de un "pleno de naturaleza" de la inconsistencia teórica e incluso de la debilidad ideológica en la que esta noción se arrastra hoy en día entre nosotros; y nos proporciona el concepto de verdaderas vacaciones, es decir, comprendidas de una manera que no es sólo negativa (no trabajar). (...) En efecto, ¿"estar de vacaciones" no es precisamente dejar jugar de nuevo, en todo su ser (pues entonces se redescubre la fuerza intensiva de ese "todo") y, en particular, más allá de la escisión de lo que correspondería al cuerpo o al espíritu, una reactividad mejor anclada, más radical, a los circuitos mejor asegurados, porque está despojada de su recubrimiento ordinario por las obligaciones y las convenciones? ¿"Recargarse" (aunque el término puede seguir siendo un poco necio en nuestra lengua) no es, dejándonos inducir por la sola incitación que nos viene, despojada de toda excitación febril, desobstruir la vitalidad y encontrar ese "resorte" más íntimo de la energía?
Pues, reconozcamos que, si bien hemos adquirido políticamente el derecho a las "vacaciones" y elaborado socialmente su "producto", hoy en día, en Occidente, seguimos sin tener su inteligencia. Pues en ninguna parte, en nuestras filosofías, está elaborada (salvo indirectamente en Montaigne). Carecemos todavía de su "ontología". O más bien, se trata de una desontología y en ello la noción china de "cielo" ofrece precisamente un buen apoyo. El retrato anterior del Sabio prosigue así (539): bajo la incitación de los meros factores y funciones naturales, yin y yang, y por "vaciamiento" y "desapego" interiores (ambos van de la mano: vaciamiento de las preocupaciones-desapego de los negocios), se sale por fin de la perspectiva reductora de lo "humano"; y, "olvidando" entonces (término importante del Zhuangzi) focalizaciones y puntos de vista, uno "se aviene a la gran transformación de lo natural". Liberando, entonces, lo vital de sus obstáculos diversos, uno se "nutre" de nuevo de un poco de "cielo" en uno. Esta fórmula evita, por lo menos, caer en la insulsez, la debilidad, de lo ateórico, así como construir demasiado, inversamente, y perder su experiencia: uno se va de vacaciones para "nutrir la propia vida". 



jueves, 15 de diciembre de 2011

INVITACIÓN (Prodigios)

(clic para agrandar)

Los invito a la presentación de los libros nuevos de Ediciones encendidas este sábado 17 a partir de las 19:30 en Casa trueno (Coghlan). A continuación copio el prólogo que escribí para uno de ellos, Prodigios, de mi queridísima Lucía Martínez.



UN VIAJE AL INTERIOR

¿Hay algo que pueda ser llamado interior? Lo hay, al menos, para quien vive la propia interioridad como el lugar oportuno de un descubrimiento. Al descubierto, el mundo se (le) vuelve íntimo. Adentro, todo es prodigio. ¿Cómo podría no serlo “un paisaje de lirios soplados” para quien escucha su respiración?

Una mujer se pregunta: “¿conoceré alguna vez el mundo?”. Y confiesa: “Adoro los viajes”. Prodigios puede ser leído como un viaje al interior. Es, sin dudas, el mundo interior de una persona que identificamos como la autora de este periplo, pero acaso ella, P. Lucía Martínez, nos esté conduciendo a zonas que podemos considerar interiores de nosotros mismos. Lo interior y lo exterior, como la respiración de quien necesita retener el aliento para dar evidencia de unos pulmones en los que dice no creer, es un solo movimiento, de ida y de vuelta, entre una pampa posible y un imposible “Iowa”, entre la tierra y el agua, la noche y el día. Un interior y un exterior que, en uno de los textos (cuyo formato evoca un guión cinematográfico) llegan a separarse solamente de manera convencional por una delgada barra: “INT./EXT. – CAMPO – AMANECER”.

Fuera de género, cada sección del libro ofrece un formato diferente: relatos crónicas, alguna fábula, posibles entradas de un diario íntimo, un diálogo dramático, poemas en verso, una especie de guión cinematográfico, e incluso los epígrafes que acompañan a las fotos del final. Son expresiones genuinas de una voz que muda, por no enmudecer. Que en vez de callar en el asombro decide buscar el modo, que en cada ocasión soliciten las circunstancias, para expresar sensatos milagros.

¿Hasta dónde llega este viaje que Martínez nos invita a realizar? Por lo menos hasta el “agua natal”, es decir, hasta la propia génesis, el origen difuso de la propia experiencia. El agua, tal vez, en la que un pescador se contenta sin haber capturado un solo pez porque –prodigio- “él no estaba ahí por eso”.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

EL ORIGEN DE LA LUZ




Días y tardes en que la luz, por descansar unos momentos de sus trabajos, al descender de las nubes errantes se posaba en los frutales del fondo de la casa. Allí se daban, arribadas de otro planeta (un planeta suave), oscurecidas por los laberintos de hojas, las plantas de tuna. Al encontrarse con unos charcos, los ponía en seguida de un azul rabioso, furiosa de verse presa en esas nadas de agua capaces, así y todo, de proclamar el cielo. Irascible patrona de estancia, no dejaba intersticio sin registrar, se inmiscuía en los mínimos detalles que la amistad de un yuyo le proporcionaba, atrapada, violenta, luchando por desasirse, por no perder un solo grano de libertad, por no adherir demasiado al texto de esas tardes, iba y venía, no se quedaba quieta nunca, y nosotros con ella.

Arnaldo Calveyra, en "El origen de la luz"



(la música es una superposición del arpa de viento de Max Eastley y las piedras que choca Akio Suzuki; las capas de imágenes están tomadas desde mi terraza)


domingo, 27 de noviembre de 2011

COSA EXTENSA, COSA PENSANTE



1.
El cuerpo es material. Es denso. Es impenetrable. Si se lo penetra, se lo disloca, se lo agujerea, se lo desgarra.

2.
El cuerpo es material. Es aparte. Distinto de los otros cuerpos. Un cuerpo empieza y termina contra otro cuerpo. Incluso el vacío es una especie muy sutil de cuerpo.




3.
Un cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos, pedazos, órganos, piezas, tejidos, rótulas, anillos, tubos, palancas y fuelles. También está lleno de sí mismo: es todo lo que es.

4.
Un cuerpo es largo, ancho, alto y profundo: todo eso en más o menos gran tamaño. Un cuerpo es extenso. Toca de cada lado a otros cuerpos. Un cuerpo es corpulento, incluso cuando es flaco.

5.
Un cuerpo es inmaterial. Es un dibujo, es un contorno, es una idea.





6.
El alma es la forma de un cuerpo organizado, dice Aristóteles. Pero el cuerpo es precisamente lo que dibuja esta forma. Es la forma de la forma, la forma del alma.

7.
El alma está extendida por todas partes a través del cuerpo, dice Descartes, está enteramente en todas partes a lo largo de él, en él mismo, insinuada en él, escurrida, infiltrada, impregnante, tentacular, insuflante, modelante, omnipresente.

8.
El alma es material, de una materia completamente distinta, una materia que no tiene lugar, ni tamaño ni peso. Pero ella es material, muy sutilmente. Por eso escapa a la vista.



10.
El cuerpo es también una prisión para el alma. Allí purga una pena cuya naturaleza no es fácil discernir, pero que fue muy grave. Por eso el cuerpo es tan pesado y tan penoso para el alma. Necesita digerir, dormir, excretar, sudar, ensuciarse, lastimarse, caer enfermo.

11.
Los dientes son los barrotes del tragaluz de la prisión. El alma se escapa por la boca en palabras. Pero las palabras son todavía efluvios del cuerpo, emanaciones, pliegues ligeros del aire salido de los pulmones y calentado por el cuerpo.

Jean-Luc Nancy, de 58 indicios sobre el cuerpo


(imágenes del artista coreano Myung Keun Koh)

domingo, 20 de noviembre de 2011

LAS RANAS (en concierto)

Dejo acá la invitación (clic para agrandar) a la presentación del número 7 de Las ranas, revista dedicada a las artes, el ensayo y la traducción. Después de la presentación de este número, en la cual van a participar Martín Bauer, Mariano Etkin, Federico Monjeau y Guillermo Saavedra, va a haber un concierto en el que se va a estrenar en la Argentina la obra Piano & string quartet (que cuelgo a continuación en versión del Kronos quartet y el pianista japonés Aki Takahashi), de Morton Feldman.



viernes, 18 de noviembre de 2011

LA VERDAD DE LAS GRULLAS






La verdad de las grullas (Silver Sorgo, 2001)


Si le pido al mundo que pare y me lleve, 
tomo un sonido del aire y lo dejo caer. 
Y si la esperanza se agota al fin, 

cuando vuelva el río con sus manos nos reunirá. 


Por eso todos nos estamos mirando
en un instante, por decirlo así.


Tengo una razón para pensar en Dios y en mí,
sin embargo el cielo se cruza y no se deja saber. 
Algo que se fue sin totalmente desaparecer,
algo que es un destello que nos viene a llevar. 


Por eso todos nos estamos buscando,
es imposible sólo con la sed. 
Por eso todos nos estamos buscando, 

es imposible sólo con la sed.
 
Te espero así, en la más fuerte luz,
entre las hojas o en el aire. 
En la laguna, sin que aparezca el rey.
Ya no están aquí, como ayer, 

las cosas que perdimos,
todo quedó atrás al despertar. 


Bosque azul de la oscuridad, 
nada es imposible sin tu amor. 

Es la organización de la selva incrustada 
entre las ciudades que avanzan hasta morir. 
Por eso todos nos estamos alejando, 
en un momento por decirlo así. 

Te espero así, en la más fuerte luz,
entre las hojas, o en el aire. 

En la laguna, sin que aparezca el rey. 


Tu desilusión nació una noche de verano 
y todo esto se rompe, a la vez, al despertar. 


Bosque azul de la oscuridad, 
nada es imposible sin tu amor. 


Queda una verdad que dicen las grullas: 

no te aventures más allá del valle mortal,
dicen que se juntan allí seres humanos 

para capturarse y hacerse todo tipo de mal. 


Por eso todos nos estamos mirando
en un momento, por decirlo así. 
Por eso todos nos estamos mirando,

es imposible sólo con la sed.



sábado, 12 de noviembre de 2011

EL MAESTRO




En el tono de una conversación reciente con un amigo y en referencia a lo que alude Alberto Silva cuando dice que "zen es tu maestro", copio un fragmento de De magistro ("El maestro o sobre el lenguaje"), un texto de Agustín de Hipona en el que, en diálogo con su hijo, nos ofrece una manera de entender el aprendizaje como una tarea de la cual es responsable, en última instancia, sólo aquél que quiere aprender y no quien, según Agustín, es mal llamado maestro. ¿Quién es tan estúpido para querer aprender lo que el maestro piensa?, se pregunta Agustín. Las palabras que el aprendiz recibe no resultan sino una especie de estímulo para que éste aprenda, en definitiva, por sí mismo. Sólo haciendo por cuenta propia la experiencia del conocimiento ("experiencia de sentido", dice Jean-Luc Nancy; "experiencia de verdad", Gianni Vattimo) se puede aprender. Eso sí, la referencia a lo que Agustín llama "maestro exterior" (un paisaje, una persona, unas palabras) no es accesoria, más bien se vuelve indispensable para ayudar a prender la lamparita.

.


Cuando las palabras son recibidas en el oído de quien las conocía, puede este saber que quien habla ha pensado sobre las cosas que aquéllas significaban. Cabe, sin embargo, preguntarse si con eso mismo aprende también si dijo la verdad, que es lo que aquí se pregunta.
¿Tienen por profesión los maestros que sean percibidos y retenidos sus pensamientos, y no las mismas disciplinas que piensan transmitir hablando? En efecto, ¿quién es tan estúpidamente curioso que envíe a su hijo a la escuela para que aprenda lo que el maestro piensa?
Por el contrario, una vez que los maestros han explicado con palabras todas esas disciplinas que profesan enseñar, e incluso las relativas  la misma virtud y la sabiduría, aquellos que se llaman discípulos se preguntan a sí mismos si se les ha dicho la verdad; y lo hacen contemplando, en la medida de sus fuerzas, aquella verdad interior, pues es entonces cuando aprenden. Y, cuando han comprobado en su interior que lo dicho es verdadero, lo alaban, sin darse cuenta de que no alaban tanto a los que enseñan cuanto a los enseñados; y eso, suponiendo que aquéllos sepan lo que enseñan.
Se equivocan, en cambio, los hombres llamando maestros a los que no lo son, debido a que casi nunca media un intervalo entre el momento de la locución y el del conocimiento. Y, como aprenden en su interior inmediatamente después de la alocución del que diserta, juzgan que han aprendido de aquel que exteriormente les ha enseñado.

Agustín de Hipona, De magistro




miércoles, 26 de octubre de 2011

UNA CREADORA APROPIACIÓN




La pregunta por la relación con la tradición (propia o apropiada) me parece crucial, no sólo en lo que respecta a las implicaciones que podría tener una conducta cultural vinculante, como se dice, que se reconoce ligada a un pasado sin querer quedar sujeta a las formas anquilosadas que éste puede necesitar adoptar para volverse reconocible como tal. También la pregunta está referida, ineludiblemente, a una forma de estar en el mundo más inmediata o más íntima, una manera de reconocer la propia situación y poder asumirla con propiedad y creatividad sin quedar fijado a esa forma circunstancial de lo propio como algo ya dado. Asumir la tradición creativamente, como propone Heidegger en el fragmento de Ser y tiempo que copio a continuación, podría ser asumirla en su más abierta posibilidad. Es en ese sentido que el zen, probablemente, no invita a ninguna clase de evasión, al menos en lo que respecta a la propia tradición, sino que más bien propone hacerse cargo de ella "en el sentido de una creadora apropiación", en las palabras bien orientadas (y casi orientales, aunque tal vez mal traducidas) del alemán.

"La tradición, que así viene a imperar, hace inmediata y regularmente lo que "transmite" tan poco accesible que más bien lo encubre. Considera lo tradicional como comprensible de suyo y obstruye el acceso a las "fuentes" originales de que se bebieron, por modo genuino en parte, los conceptos y categorías transmitidos. La tradición llega a hacer olvidar totalmente tal origen. Desarrolla el sentimiento de que no se ha menester ni siquiera de comprender la necesidad de semejante regreso. La tradición arranca la historicidad del "ser ahí" tan de raíz, que sólo se mueve ya dentro del campo del interés por la multiformidad de los posibles tipos, direcciones, posiciones del filosofar en las más alejadas y extrañas culturas, y con este interés trata de embozar su peculiar falta de base. La consecuencia es que con todo su historiográfico interés y todo su celo por una exégesis filológicamente "positiva", el "ser ahí" ya no comprende las condiciones más elementales y únicas que hacen posible un regreso fecundo al pasado en el sentido de una creadora apropiación de él." 

Martin Heidegger, El ser y el tiempo



sábado, 22 de octubre de 2011

DECIR EL SOL SALE




“Y además, porque es agradable hablar como todo el mundo y decir el sol sale, cuando todos sabemos que es una manera de hablar. No llegar al punto de ya no decir yo, sino a ese punto en el que ya no tiene ninguna importancia decirlo o no decirlo.”
Gilles Deleuze, Félix Guattari; Rizoma

Creo que el zen no propone que seamos kamikazes del ego, como a veces se pretende. "No llegar al punto de ya no decir yo" me parece una manera orientada de expresarlo, si es que el camino no es la negación sino el reconocimiento y la aceptación de lo que ya se es y en ello radica la posibilidad de aclarar ese ya ser, aún en su dimensión de no ser aún, es decir, como posibilidad vacante. Esto que parece enredado es una manera de decir algo que Deleuze y Guattati ya aclararon ("el sol sale") pero que, precisamente, debe mantenerse como aún no aclarado, creo, para dar lugar a otras lecturas posibles.
"No llegar al punto de ya no decir yo" ni de ya no decir otro, llegar al punto en que decirlo o no decirlo es admitir, en cualquier caso, su mutua contaminación al dejar ver su respectivo condicionamiento, su carácter condicional, su "como si", su condición. 
No es difícil ver una zeta de "zen" en "Rhizome", al estilo de Diego de la Vega, cuando sale la luna, que es como decir cuando sale el sol.

sábado, 15 de octubre de 2011

¿UN CUERPO IMPROPIO?

El Buda de ratán que acompaña este fragmento de Jean-Luc Nancy ("Extensión del alma") pertenece al artista camboyano Sopheap Pich.


Esto, precisamente, no es un saber: es una evidencia oscura cuya oscuridad constituye la certeza. No se trata aquí de pensar un "cuerpo propio", que de hecho no sería más que una figura del alma sola conociéndose propiamente a través de una figura extensa. Es lo contrario: el alma inextensa está entregada a la extensión que le es impropia y es su unión a esta impropiedad lo que ella concibe sin concebir y lo que ella concibe inconcebible.
Cuando peno o resoplo, cuando digiero o sufro, me caigo o salto, duermo o canto, me conozco ser únicamente eso que pena o que canta, que gesticula o que se rasca: eso, y no aquél, o al menos no como un ego distinto de cualquier otra cosa. Eso, pues, a manera de aquél, o aquél que no es más que eso.
Así, eso que conoce no es otra cosa que eso que es conocido, pero lo que así es conocido es que son justamente dos cosas distintas en una sola indistinción. Cuanto más efectiva es esa identidad, más indistinta es y hay menos propiamente que conocer. Por consiguiente, también, hay menos conocimiento de un "cuerpo propio", ya que la instancia de propiedad se desvanece. No puedo introducir esta instancia -un "yo" ["moi"] capaz de decir "mi cuerpo" o "yo soy mi cuerpo"- sin mantener el cuerpo a distancia, distinto y desunido. Y debilito así el saber evidente de la unión.

Jean-Luc Nancy, Extensión del alma

sábado, 8 de octubre de 2011

POBREZA DE EXPERENCIA / EXPERIENCIA DE POBREZA



Una pobreza del todo nueva ha caído sobre el hombre al tiempo que ese enorme desarrollo de la técnica. Y el reverso de esa pobreza es la sofocante riqueza de ideas que se dio entre la gente. O mas bien que se les vino encima al reanimarse la astrología y la sabiduría yoga, la Christian Science y la quiromancia, el vegetarianismo y la gnosis, la escolástica y el espiritismo. Porque además no es un reanimarse auténtico, sino una galvanización lo que tuvo lugar. Se impone pensar en los magníficos cuadros de Ensor en los que los duendes llenan las calles de las grandes ciudades: horteras disfrazados de carnaval, máscaras desfiguradas, empolvadas de harina, con coronas de oropel sobre las frentes, deambulan imprevisibles a lo largo de las callejuelas. Quizás esos cuadros sean sobre todo una copia del renacimiento caótico y horripilante en el que tantos ponen sus esperanzas. Pero desde luego está clarísimo: la pobreza de nuestra experiencia no es sino una parte de la gran pobreza que ha cobrado rostro de nuevo y tan exacto y perfilado como el de los mendigos en la Edad Media. ¿Para qué valen los bienes de la educación si no nos une a ellos la experiencia? Y adónde conduce simularla o solaparla es algo que la espantosa malla híbrida de estilos y cosmovisiones en el siglo pasado nos ha mostrado con tanta claridad que debemos tener por honroso confesar nuestra pobreza. Sí, confesémoslo: la pobreza de nuestra experiencia no es sólo pobre en experiencias privadas, sino en las de la humanidad en general. Se trata de una especie de nueva barbarie.

Walter Benjamin, Experiencia y pobreza (1933)


Esta vez me dispenso de comentar. Sólo subrayo la pregunta que leo: ¿puede la pobreza de la experiencia superarse si no es a través de la experiencia de la pobreza?

miércoles, 5 de octubre de 2011

TE CANTA LA ZAMBA





"Cuando encuentro una idea personal y quiero publicarla la atribuyo a algún otro y declaro: 'Fue fulano quien lo dijo, no yo' y, para que se me crea completamente, de todas mis opiniones digo: 'Las inventó fulano, no yo'. Para evitar el inconveniente de que se piense que yo, ignorante, extraje de mi propio fondo mis ideas, hago de suerte que se las crea extraídas de mis estudios árabes. (...) De  manera que no defiendo mi causa, sino que defiendo la causa de los árabes."

Esta confesión de Adelardo de Bath, filósofo y traductor del siglo XII, no se refiere sólo al delicado gesto de ceder el lugar para atribuir a otro un pensamiento que se estima propio, sino que además (si aplicamos a sus palabras el procedimiento que ellas mismas sugieren) puede dar pie a una manera filosófica de leer la filosofía (que alcanza en buena forma a Gilles Deleuze, ente otros) no atendiendo tanto a lo que un texto o un autor quieren decir, es decir, a su intención, como al efecto que producen en el dispositivo experiencial del lector. Cuando éste, además, escribe, puede valerse de aquellos textos leídos como citas a las que acude su propio texto en vistas de amplificarse a sí mismo a través de ellos (y a ellos a través de sí). Preguntar a un texto qué tiene para decirnos es una manera abierta de leer, si se entiende como abierto lo posible, lo que "todavía no" (aunque ya sea), lo que no se preocupa por probar o refutar sino sólo por resonar para vivir en lo que pueda recibir esa resonancia.
"No defiendo mi causa, sino que defiendo la causa de los árabes", dice Adelardo. Más acá, mucho más acá, Zitarrosa diría: "yo no canto por vos, te canta la zamba".

Este es Fernando Cabrera, haciendo una versión preciosa de la canción de Zitarrosa (subir volumen):




jueves, 29 de septiembre de 2011

DORMIR




Un amigo me propuso cruzar dos lecturas que ambos hicimos recientemente. No dejan de maravillarme los efectos de ese cruce. Por una parte, Michitaro Tada, antropólogo (?) japonés. Viene después del Zen. Del otro lado, el sutra Satipatthana o Sermón sobre los fundamentos de la atención, que recoge las enseñanzas de Buda. Viene antes del zen.


Se publican más de seiscientas teorías académicas por año sobre nemuri (el dormir, el sueño). Aunque queda aún sin decidir cuál resultará ser la superior, la que más me atrae por ahora es la definición de Fruchier: "dormir es adoptar periódicamente una posición horizontal" -según lo ha citado Sada Fumi Kanetsuka en su artículo "Toposu no Nemuri" ("El sueño de Toposu").

Michitaro Tada, Karada


Cuando un monje camina sabe: "Estoy caminando", cuando está de pie sabe: "Estoy de pie", cuando está sentado sabe: "Estoy sentado", cuando está tumbado sabe: "Estoy tumbado", y así sucesivamente según sea la postura que su cuerpo adopte. Así vive contemplando el cuerpo en el cuerpo.

Sermón sobre los fundamentos de la atención


jueves, 22 de septiembre de 2011

TODAS LAS COSAS QUE CONOZCO SE PARECEN AL CIELO





Un Spinetta inspirado, en una canción que es una de las cumbres de sus últimos discos: Bolsodios. Y una banda que no se queda atrás. Sobre todo atender a los teclados de Claudio Cardone que, desde la densidad de las cuerdas hasta la limpidez del piano (pasando por teclas jazzísticas), mueven a la canción a través de una transformación de climas en sintonía con una letra venida desde dónde?

"todas las cosas que se pierden las tiene en un bolso Dios"... "todas estas estrellas amarillas están para una sola función"... "todas las cosas que conozco se parecen al cielo"... "piel que no es nada más que un pálpito en procura de un vuelo en evasión"... "todas las moradas en la tierra están para una misma diversión"... "muchos de los hombres en rama se venden en un quiosco de fe, fe que se despreocupa de la vida y asciende con su auto elevador"... "amor de mi vida, oye el reclamo de las aves por encima del humo del mundo"...

Pero tal vez lo mejor de la canción sean las interjecciones que entre verso y verso deja escuchar Spinetta, en éxtasis: oh... ah... uh... sí!


sábado, 17 de septiembre de 2011

EQUILIBRIO EN LA INESTABILIDAD





EXISTENCIA COMO DESVÍO EN EL EQUILIBRIO

Cuando uno se mantiene en la cima de una cresta afilada suspendida sobre el vacío vertical, basta con una sola incitación; por mínima que sea, ésta puede precipitar al abismo; hay que caminar derecho. Sentado en la cavidad del valle, por el contrario, cualquier fuerza que aparta de esta posición se invierte y la gravedad basta para restablecer a cualquiera en ese fondo. Los sabios llaman a estas dos posiciones: equilibrio inestable, en lo alto de un círculo, y estable, en su parte baja; se necesitan todas las fuerzas reunidas para conservar el primero, pero basta con la más pequeña para destruirlo; cualquiera restablece el segundo, que es indestructible. Del mismo modo, el silencio de los órganos exige el mutismo de todos, mientras que el menor malestar mezcla a la salud transparente una gota que la enturbia por entero; porque el dolor más local ocupa y recluta la totalidad del cuerpo, mientras que el placer, exclusivo, requiere su total colaboración, sin una sola piedrita que moleste en el talón. El bien y el mal se parecen a estas dos situaciones de equilibrio: para obtener la paz, es preciso que todos se conduzcan de igual manera; si uno solo, agresivo, envidia o habla mal, entonces precipita a todo el mundo a la guerra; nadie, por lo tanto, podrá zafar de ese infierno. En condición necesaria, el bien requiere una cooperación unánime; mientras que el mal, en condición suficiente, no exige más que el menor acto o incluso la intención de uno solo. Difícil hasta lo inaccesible, uno solicita un máximo rarísimo; el otro, un mínimo fácil. En el dolor y en el mal, uno solo, tiránico, hace la ley; el bien o el placer exigen la totalidad de los votos. En consecuencia, Dios se define por una omnitud y Satán como un individuo. Salud divina, dolor diabólico.

Ahora bien, misteriosamente, a menudo el cuerpo puede desbaratar esas leyes de estática. Jugando su parte fuera del equilibrio, enfrentando los límites... logra establecer otra base alta, en la inestabilidad. Pero si sabe construir ese nuevo estado fuera del antiguo equilibrio, puede pensar entonces que la misma vida se establece desde el comienzo por un primer desvío desde todo punto de vista semejante a ése. Esta posición varias veces expuesta, secreto envuelto de la vida en general y de las existencias singulares, lo hace salir del dominio real para entrar en el potencial. Sí, el cuerpo existe en potencia, en todos los sentidos imaginables. Sin esta nueva evidencia, ¿cómo comprender el progreso en el entrenamiento, el segundo aliento, el estado de forma, la explosión de vida, la adaptación, la comodidad más allá del dolor, la misma virtud?

MICHEL SERRES, Variaciones sobre el cuerpo

miércoles, 14 de septiembre de 2011

DIME NENA YA CÓMO ESTÁS DESPIERTA



Sigue la re-visitación de Spinetta en sintonía con la entrada anterior: Invisible, 1974, Lo que nos ocupa es esa abuela, la conciencia que regula el mundo.





Dime nena ya cómo estás despierta
Dime nena ya cómo estás despierta
Dime nena ya cómo estás despierta


Cuando triste estoy nena me das cola
Cuando triste estoy nena me das cola
Y si quiero más, ¿por qué estás tan sola?

Hay un camino que nace de tu imagen
Al que es muy fácil llegar
Sólo es preciso el brillo de los ojos

Para encontrar un alma

Lo que no resisto es la conciencia
Es la abuela que regula el mundo
Dime nena ya: ¿es este otro mundo?

Es este un sueño que pasa por nosotros
Es la vereda de los descalzos
Espera espera
Yo sólo te espero anidado en una mano
Lo que nos ocupa es esa abuela
La conciencia que regula el mundo
Dime nena ya cómo estás despierta

Pero nena igual no elijas llorar



sábado, 10 de septiembre de 2011

TODO LO DEMÁS SIGUE DESPIERTO



En lo que atañe a la conciencia individual asociada al cuerpo individual, ésta se ve totalmente interrumpida cada día por el sueño. El sueño profundo no se distingue de la muerte (hacia la que a menudo supone un mero tránsito, como por ejemplo cuando uno se congela) por el presente de su duración, sino por el futuro, o sea, por el despertar. La muerte es un sueño en el cual queda olvidada la individualidad: todo lo demás despierta de nuevo, o más bien sigue despierto.

A. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación


lunes, 5 de septiembre de 2011

TODO VIENE HACIA AHORA

Haciendo caso omiso de la fijación de fechas, la ciudad ya empezó a llenarse de flores. Como ésta que apareció en mi terraza. Mirando flores, me acordé de Spinetta cuando canta la canción de Tanguito y Pujó:  "y verás que todo corre hacia ahora". Pero viene sin afán.


jueves, 1 de septiembre de 2011

ISTAMBUL



































domingo, 28 de agosto de 2011

EL RELATO DE LA VIDA















jueves, 25 de agosto de 2011

ELOGIO DE LA LUZ








sábado, 20 de agosto de 2011

UP PATRIOTS TO ARMS

Una canción nunca puede ser portadora de un mensaje. Todos lo saben, una canción no habla sobre algo, no refiere a nada. No hay nada que diga de por sí una canción. Algunos se olvidan, son los que tratan de decir, de que quede claro ("up patriots to arms"). Otros se pasan de tontos, como si la imposibilidad de decir inherente a la canción la autorizara a relegar(se) a al páramo de la banalidad ("la musica contemporanea mi butta giù"). Battiato, como solía hacer a principios de los años ochenta, viene con esta canción a poner en evidencia algo de todo esto.





Up patriots to arms

La fantasía de los pueblos que reúne hasta nosotros
no viene de las estrellas
A sublevarse, estúpidos, que los ríos desbordan
pueden estar a flote
Y no es mi culpa si existen verdugos
si existe la imbecilidad
si los bancos están llenos de gente que está mal

Up patriots to arms, engagez-vous
la música contemporánea es un bajón

El ayatollah Khomeini para muchos es santidad
te abocás siempre al amo
las barricadas en la plaza las hacés por cuenta de la burguesía
que crea falsos mitos de progreso
Quiénes se piensan que somos por los pelos que tenemos
nosotros somos las luciérnagas que están en las tinieblas

Up patriots to arms, engagez-vous
la música contemporánea es un bajón

El imperio de la música que reúne hasta nosotros
cargado de mentiras
Jubilemos a los directores artísticos
los adeptos a la cultura
Y no es mi culpa si existen espectáculos
con humo y rayos láser
Si los escenarios están llenos
de bobos que se mueven

Up patriots to armsengagez-vous
la música contemporánea es un bajón

miércoles, 17 de agosto de 2011

DAME UNA PALABRA





Si bien tiendo a pensar que Spinetta mejora con el paso del tiempo, también es cierto que uno puede saltar a cualquier momento de su obra (larga, más de cuarenta años) y encontrar incandescencias. Por ejemplo, uno puede llegar hasta El jardín de los presentes (de 1976) y encontrarse con una canción como "Doscientos años". ¿No es realmente zen ese pedido insistente por la palabra, por una palabra que, en definitiva, se sabe inútil ("de qué sirvió"), pero que no puede dejar de querer, de buscar y, a juzgar por la propia canción, de encontrar, aquel que vive la experiencia del mar?
La canción apenas avanza, su movimiento es un vaivén, una reincidencia marítima, un oleaje. Alguien mendicante de palabra, pero también de brisa, abre la boca, casi no puede hablar. En su conmoción alcanza a decir "oh" y, balbuceante, pide: "Una palabra,/ dame una palabra". Y también: "Dame la brisa". ¿Brisa?: "brisa de la playa". ¿Brisa?: "suave brisa". ¿Brisa?: "toda brisa".




Una palabra, dame una palabra,
una palabra, sólo una palabra.
Dame suave brisa, oh, brisa de la playa,
dame una palabra.

Doscientos años, ¿de qué sirvió
haber cruzado a nado la mar?

Una palabra, sólo una palabra,
dame la brisa, dame toda brisa.
Suave junco, oh, junco de la orilla,
dame una palabra.

sábado, 13 de agosto de 2011

PALABRA A PUNTO DE ANOCHECER

Algo que filmé una tarde (de primavera?) del año pasado.




viernes, 12 de agosto de 2011

ENERGÍA





He tenido muchas mujeres en mi vida
y en cada habitación he dejado algo de mi energía
Cuántos hijos del amor he derrochado yo
encerrados entre cuatro paredes, ya serán basura
Si un hijo se acordara que por azar
nació entre miles de oportunidades
entendería todos los sueños que la vida da
con alegría viviría todas las ilusiones

Cuántas lágrimas he arrancado sin nunca lamentarlo
cuántas angustias he provocado para gozar un poco más
cuántas frases falsas he dicho cuántas extrañas verdades
para hacer a mi medida esta personalidad





lunes, 8 de agosto de 2011

EL MUNDO SE CONTRAJO EN UNA IMAGEN RECONOCIBLE




en el breve final de una enfermedad
había un cuadro
probablemente japonés
que colmó mi mirada

una pintura idiota
excepto que era todo lo que reconocía
la pared vivió por mí en esa pintura
a la que me posé como una mosca

(William Carlos Williams, Pictures from Brueghel)

jueves, 4 de agosto de 2011

EL LUGAR



"¿Se deberá a un instinto natural o a una ilusión el hecho de que nos impresione más la contemplación de los lugares donde sabemos que hombres dignos de recuerdo han pasado gran parte de su vida que el relato de sus acciones o la lectura de algunos de sus escritos? Ahora mismo, yo estoy impresionado. Pues me viene a la mente Platón, el primero que, según sabemos, estableció la costumbre de enseñar aquí. Y esos pequeños jardines que veis ahí cerca no sólo me traen su recuerdo, sino que parecen ponerlo casi ante mis ojos. Aquí estuvo Espeucipo, aquí también Jenócrates y su discípulo Polemón, que se sentaba en el lugar que aquí vemos. De la misma manera, cuando contemplaba nuestra curia (me refiero a la curia Hostilia, no a esa nueva, que me parece más pequeña desde que la han ampliado), solía pensar en Escipión, en Catón, en Lelio y, sobre todo, en mi abuelo; tan grande es la fuerza rememorativa que tienen los lugares que no sin razón se ha basado en ellos el arte de la memoria". 

(M. T. Cicerón, "Del supremo bien y del supremo mal")


lunes, 1 de agosto de 2011

EL CUERPO DESMEMBRADO


No puedo estar de acuerdo con la concepción de un cuerpo que, para volverse discurso, necesita de la disección, el desmembramiento, la autopsia, la separación. Pero, al mismo tiempo, no puedo dejar de dar cuenta de esta visión, para mi gusto un poco mórbida, del cuerpo. Lo que sigue es un fragmento de Franco Rella, En los confines del cuerpo:



"¿Cómo hablar de este cuerpo? En su introducción a Crash, Ballard sostiene que quizá sólo la pornografía pueda hacerlo, en cuanto "forma narrativa del más alto contenido político, puesto que trata, de la manera más insistente y cruel, acerca de nuestra recíproca explotación". El cuerpo desmembrado de la pornografía se encuentra en el centro de Crash. El cuerpo cubierto de cicatrices, de prótesis, de tatuajes aparece siempre en fragmentos sobre el trasfondo de otros fragmentos de vinilo, de plástico, de cromo de los habitáculos y carrocerías de los autos, a menudo en directa continuidad con la guarnición de goma de la ventanilla, el surco de las nalgas con la curva de un parachoques, en una glacial y espantosa descripción.



El príncipe de este universo es Vaughan, quien aspira a morir en un accidente de auto junto a Liz Taylor, en el que crash, muerte y orgasmo, se unan en una experiencia extrema. Mientras tanto, Vaughan colecciona fragmentos:
Las paredes de su apartamento [...] estaban tapizadas de fotos [...]. Los detalles aumentados de las rodillas y las manos de ella, del interior de los muslos y dela comisura izquierda de la boca [...] me parecían fragmentos de una autopsia. En su apartamento lo observaba combinar los detalles del cuerpo de ella con las heridas grotescas reproducidas en un manual de cirugía plástica."

domingo, 24 de julio de 2011

LOS CHINOS DE LEIBNIZ




El primer largo capítulo con el que Fernando Tola y Carmen Dragonetti inician su Filosofía de la India está dedicado, en buena medida, a detectar los malentendidos que Hegel de alguna manera canonizó en la relación de la filosofía occidental con el pensamiento del subcontinente. Otro tanto hace Lourdes Rensoli Laliga en su traducción anotada y comentada del Discurso sobre la teología natural de los chinos de Leibniz con respecto a China. Seguramente podría rastrearse toda una tradición del malentendido en el acercamiento que hizo la filosofía occidental a oriente. Tal vez esa tarea no tendría sólo el sentido negativo de un obvio (y necesario) mea culpa, sino que podría resultar reveladora en el trabajo de autoconocimiento, si es que el malentendido termina diciendo más de uno mismo que de aquello que no se llegó a comprender. En definitiva, la historia de la filosofía podría llegar a pensarse como una historia del malentendido, y esa podría ser su feliz condición de posibilidad. O no.




Lo que sigue está citado del Discours. Es notable el esfuerzo de Leibniz por entender la no-separación de materia y espíritu.

Se puede dudar de entrada si los chinos reconocen o han reconocido las sustancias espirituales, pero después de reflexionar mucho creo que sí, aunque quizás no hayan reconocido esas sustancias como separadas y completamente independientes de la materia. Nada habría de malo en eso en cuanto a los espíritus creados, pues yo mismo tiendo a creer que los Ángeles tienen cuerpos, lo cual ha sido también el criterio de muchos antiguos Padres de la Iglesia. Soy también de la opinión de que el alma razonable jamás está despojada enteramente de todo cuerpo. Pero en cuanto a Dios, es posible que la opinión de muchos chinos haya sido otorgarle también un cuerpo, considerar a Dios como el Alma del mundo y vincularlo con la materia, como lo han hecho los antiguos filósofos de Grecia y de Asia. Haciendo ver sin embargo que los más antiguos autores de China atribuyen a Li o el primer principio la producción incluso de Ki o de la materia, no hay necesidad alguna de criticarlos, es suficiente explicarlos. Se podría persuadir más fácilmente a los discípulos de estos de que Dios es INtelligentia supramundana y por encima de la materia. Así, para juzgar que los Chinos reconocen las sustancias espirituales, se debe ante todo considerar su Li o regla, que es el primer Motor y la razón de las restantes cosas, y que yo creo que corresponde a nuestra Divinidad. Entonces, es imposible entender esto de una cosa puramente pasiva, bruya e indiferente a todo y por consiguiente sin orden, como lo es la materia. El orden, por ejemplo, no viene de la Cera, sino de aquello que la forma. También los Espíritus que ellos atribuyen a Elementos, a los ríos, a las montañas, son, o bien el poder de Dios, el cual se manifiesta en ellos, o tal vez, según el parecer de algunos, sustancias espirituales particulares, dotadas de la fuerza de actuar y de algún conocimiento, así como les atribuyen cuerpos sutiles y aéreos, como los antiguos filósofos y los Padres los atribuían a los Genios o a los Ángeles. Es por esto que los Chinos se parecen a esos Cristianos que creen que ciertos Ángeles gobiernan los Elementos y los otros grandes cuerpos. Esto sería probablemente un error, pero en nada quebrantaría el Cristianismo. Durante el predominio de los Escolásticos no se condenó a aquellos que creían, con Aristóteles, que ciertas inteligencias gobernaban las esferas celestes. Y aquellos que entre los chinos creen que sus antepasados y sus grandes hombres están entre esos Espíritus, se acercan mucho a la expresión de Nuestro Señor, que insinúa que los bienaventurados deben ser semejantes a los ángeles de Dios. Es bueno, entonces, considerar que aquellos que otorgan cuerpos a los Genios o Ángeles no niegan por esto las sustancias espirituales creadas, pues conceden almas razonables a estos Genios dotados de cuerpos, como las tienen los hombres, pero almas más perfectas, como sus cuerpos son también más perfectos. Así, el Padre Longobardi y el P. Sabattini, citado por el primero, no deben concluir, del hecho de que parece que los Chinos atribuyen cuerpos a sus Espíritus, que no reconocen las sustancias espirituales. 





miércoles, 20 de julio de 2011

LOS MANUSCRITOS DE LEIBNIZ





"A veces se me ocurren tantos pensamientos cuando todavía estoy en el lecho, que necesito emplear toda la mañana y a veces todo el día, y aún más, para ponerlos por escrito de un modo preciso". G. W. Leibniz




"La concurrencia de todos estos factores tan diversos hizo que la ora de Leibniz se fuera convirtiendo en una oceanía de papeles en su cuarto de trabajo. Tan intrincado era el desorden que a veces Leibniz prefería redactar nuevamente un trabajo científico antes que ponerse a buscarlo en lo que él llamaba orgullosamente "la mole". (...) En efecto, editar a Leibniz fue, en buena medida, penetrar en "la mole" y descifrar los manuscritos, especialmente del francés y del latín, sus dos lenguas habituales. Allí aguardaban nuevas dificultades. Es precio tener cierta familiaridad con esa letra para entenderla. Engañosamente rubricada y elegante en las versiones finales de su correspondencia, muestra en los manuscritos científico-filosóficos y particularmente en los borradores de trabajo, el grafismo diminuto del miope, complicado con la tensión del exceso de ideas. (...) Redactados en tinta hoy ya amarillenta y en ocasiones muy desleída, ofrecen a primera vista el intrincado espectáculo de una batalla inmóvil. Ninguna aspiración al primor literario suscitaba esas enmiendas volcánicas que a veces se entrelazan en un caos de tachaduras: sólo el afán de precisión, el placer de añadir joyas de luz a cláusulas generalmente demasiado concisas. La letra suele serpear por los márgenes y en ocasiones hasta llega a cubrir circularmente los espacios libres, como si evocara el disco de una característica. Es preciso hacer girar esos papeles para seguir el laberinto que brota de la inspiración feliz y también de un robusto y nunca desmentido sentido del ahorro... (...) Después de un comienzo circunspecto la escritura se enreda, crecen las correcciones, el pensamiento pugna visiblemente por encontrar su camino, se multiplican los añadidos y se hinchan los márgenes con textos nuevos, a veces también corregidos y entre cuyas líneas se pueden discernir nuevos textos en una simulación del infinito actual contendido en cada mónada (...)"

Ezequiel de Olaso, G. W. Leibniz, Escritos filosóficos