lunes, 7 de febrero de 2011

SENTARSE


¡No nos engañemos! El método del koan exige el mismo entrenamiento y la misma concentración que el arte de tender el arco y disparar la flecha en el momento preciso. Como si, al borde del vacío, hubiera que renunciar a la voluntad... Sumergirse en el abismo con decisión y coraje, afrontar la muerte para encontrar mejor la vida. El koan se refiere al estado de conciencia profunda a que se accede durante el zazen. No debe meditarse sobre él en el sentido corriente del término, o recordarlo memorísticamente. Hay que dejarlo penetrar en el subconsciente. Resurgirá cuando llegue el momento llevando súbitamente al espíritu a una visión que no habría alcanzado con una serie de actos conscientes. No hay que hacer del koan un concepto intelectual, sino pensarlo con el cuerpo, con todas las células, hasta que sea conciencia del satori.

T. Deshimaru, La práctica del Zen




Del Mumonkan, la compilación de koans del Chan chino que da nombre a este blog, copio el caso número 5:

Kyogen dijo: “El Zen es como un hombre colgado de un árbol por los dientes sobre un
precipicio. Sus manos no se aferran a ninguna rama, sus pies no descansan en ninguna rama, y
bajo el árbol otra persona le pregunta: “¿Por qué Bodhidharma vino a China desde la India?”
“Si el hombre en el árbol no responde, falla, y si responde cae y pierde la vida, ¿qué debe hacer
entonces?”

Comentario de Mumon:
"Incluso si tu elocuencia fluye como un río, no es de mayor utilidad.
Aunque puedas exponer sobre toda la literatura budista, no sirve de nada.
Si resuelves este problema, darás vida al camino que ha estado muerto hasta este momento y
destruirás el camino que ha estado vivo.
De otro modo, deberás esperar por el Buddha Maitreya para preguntarle."


Preguntáselo a Magoya. Eso parece querer decir Mumon: si no das vida en carne propia a este problema, sentate a esperar que Dios te ayude.
Creo que una manera de vivirlo en carne propia es llevarlo al zazen (me imagino a este hombre colgado del árbol por los dientes pero con las piernas cómodamente cruzadas y las manos juntas, no es esa una manera de responder a la pregunta?). 
Por qué el zazen vino a Argentina desde Japón? Es decir, hasta mi propio cuerpo, a mi propia experiencia encarnada. La literatura budista es bella, es elocuente. Pero de qué estamos hablando? Por qué Bodhidharma? No es elusiva la respuesta: sentarse.