jueves, 25 de abril de 2013

TESTAMENTO




(Franco Battiato, 2012)

Dejo a los herederos la imparcialidad, la voluntad de crecer y de entender,
una mirada feroz e indulgente para no ofender inútilmente.
Dejo mis ejercicios de respiración,
Cristo en los Evangelios habla de reencarnación.
Dejo a los amigos los años felices de las más audaces reflexiones,
la libertad recíproca de no tener ataduras.

Y me gustaba todo de mi vida mortal,
también el olor que daban los espárragos a la orina.

We never died, we were never born.

El tiempo perdido, quién sabe por qué, nunca se deja recobrar,
los lenguajes urbanos se entrelazan y se confunden en lo cotidiano.
"Para vida animal no habéis nacido, sino para adquirir virtud y ciencia",
la idea de lo visible cautiva, mi esperanza aguarda.

Colgando de ramas desnudas, gotas de lluvia se desprenden lentamente,
mientras una urraca en la cima de un ciprés observa.

Qué pena que yo no sepa volar,
pero las negras caídas en la oscuridad me han enseñado a remontar.
Y me gustaba todo de mi vida mortal, nunca morimos y nunca nacemos.

We neved died, we were never born.