En la película Ten minutes older (un proyecto de cortos mediocres y a veces malos de algunos de los mejores directores) Jean-Luc Godard sobresale con una pieza (para insertar en el damero de la película pero sobre todo en el de su obra y también, claro, en el de la historia del cine) que no hace más que reiterar que, hoy en día, el autor que ya cuenta con más de ochenta años (72 para la época de esta película) es más actual, si hablamos, como siempre, de actualizar la experiencia de lo sublime, que la mayoría de los directores jóvenes. Diríamos que Godard es un haz de luz en la noche de los tiempos.
RAZONES PARA LA MÚSICA
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