jueves, 16 de mayo de 2013

VISIÓN

Lo que sigue es una visión relatada en primera persona por la mística alemana Hildegard von Bingen (1098-1179) junto con su ilustración. Después de la visión, una de sus canciones litúrgicas.





Vi como un gran monte que tenía el color del hierro, y en su cima estaba sentado un ser de tanta claridad que reverberaba mi rostro. Desde cada uno de sus costados se extendía una suave sombra, como un ala de una longitud y anchura admirables. Y delante de él, al pie de ese monte estaba una imagen llena de ojos en la que, a causa de aquellos ojos, no era capaz de discernir forma humana. Y delante de ella estaba otra imagen de niño vestida con una túnica pálida pero con calzado blanco, y sobre su cabeza descendía tanta claridad del que estaba sentado en la cima del monte, que no pude ver su rostro. Pero del que estaba sentado en la cima del monte salían multitud de centellas vivas que volaban alrededor de aquellas imágenes con una gran dulzura. En este mismo monte se veían muchas pequeñas ventanas en las que aparecían las cabezas de los hombres, unas blancas y otras pálidas

(Visiones, Parte primera, Visión primera)



Cum processit factura digiti Dei
Cuando la obra del dedo de Dios (Antífona para la Virgen)




Cum processit factura digiti Dei,   /Cuando la obra del dedo de Dios 
formata ad imaginem Dei              /formada a imagen de Dios
in ortu mixti sanguinis                  /se hizo en el nacimiento por la mezcla de sangres
per peregrinationem casus Ade,   /en el exilio desde la caída de Adán,
elementa susceperunt                  /los elementos recobraron
gaudia in te,                                 /en ti el gozo,
o laudibilis Maria,                         /oh María, digna de alabanza,
celo rutilante                                /en el rutilante cielo
et in laudibus sonante.                /mientras resuenan las laudes.